Universidad Tecnológica de Santiago
(UTESA).
Nombres y matriculas:
Yosibel Pichardo Rodríguez 1-12-2003.
Orange Pita
Marte
1-12-0815.
Mariela Familia Polanco 2-12-1479.
Steffanie
Genao 2-11-2125.
Candy Carolina Graveley Ferreira 2-11-1131.
Acedis Disla 2-12-0501.
Grupo:
003.
Presentado a:
Dra.Mirtha Villar.
Tema:
Órganos y tejidos del
sistema inmune.
Asignatura:
Inmunología.
Órganos y
tejidos linfoides del sistema inmune
ÓRGANOS LINFOIDES
PRIMARIOS
Timo
Es un órgano plano y blando situado en la cavidad torácica,
por encima del corazón. Está formado por dos lóbulos rodeados por cápsula de
tejido conjuntivo. A su vez, los lóbulos están divididos en lobulillos
separados entre sí por trabéculas de tejido conjuntivo. Cada lobulillo tímico
está relleno de células linfoides denominadas
timocitos, dispuestas en una corteza de gran densidad celular y una
médula (interior) de menor densidad celular. En la corteza se encuentran los
timocitos más inmaduros, mientras que en la médula se localizan los timocitos
en fases madurativas más avanzadas.
Hay tres tipos de
células epiteliales:
Las células nodriza
(corteza)
Células corticales epiteliales (corteza).
Células medulares
epiteliales (medula).
Todas estas células no linfoides del estroma expresan en sus
superficies moléculas MHC de tipo I y/o II, y participan en la maduración y
selección de los timocitos hacia células T maduras.
En la médula tímica aparecen los denominados corpúsculos de
Hassall: acúmulos concéntricos de células epiteliales. Su función es
desconocida, pero su número va aumentando con la edad.
Proceso de maduración
intratímica de los linfocitos:
Los progenitores linfoides de los linfocitos, procedentes de
la médula ósea, entran en el timo y comienzan a dividirse activamente en la
corteza; allí mueren más del 95% de las células generadas, que son eliminadas
por los macrófagos. Los sobrevivientes van emigrando hasta la médula, donde
terminan de madurar, y salen del timo como células T vírgenes maduras.
Durante todo este
proceso los timocitos han ido interactuando con células estromales provistas de
MHC en sus membranas produciéndose dos fases de selección de timocitos:
Selección positiva: sólo sobreviven aquellos
timocitos que hayan generado receptores TCR capaces de reconocer moléculas MHC
propias; los demás mueren por apoptosis.
Selección negativa: se eliminan por muerte celular
programada los timocitos que habiendo superado la selección positiva hayan
resultado autorreactivos.
Sitios de desarrollo de linfocitos B: médula ósea
(mamíferos) y bolsa de Fabricio (aves).
La Bolsa de Fabricio es una porción especial dorsal de la
cloaca, con una estructura a base de corteza y médula.
La porción implicada en la maduración de los linfocitos B
está constituida por islas de tejido hematopoyético.
ÓRGANOS LINFOIDES SECUNDARIOS
En primer lugar, los linfocitos maduros vírgenes que salen
de los órganos linfoides primarios emigran a los órganos y tejidos linfoides
periféricos:
Capsulados: en ellos se produce la secreción de Ac que se
distribuirán por la circulación.
ganglios (recogen Ag de la piel y de superficies internas)
bazo (recoge Ag de la sangre)
Órganos no capsulados asociados a mucosas (MALT): protegen
del Ag que entre directamente a través de mucosas. Acúmulos más o menos difusos
(no capsulados), dispersos por casi todo el cuerpo.
Sistema linfático y ganglios
linfáticos
El componente fluido de la sangre (plasma) se extravasa
desde los capilares a los tejidos, generando el líquido intersticial. Parte de
éste retorna a la sangre a través de las membranas capilares, pero el resto,
llamado linfa, fluye desde los tejidos conectivos a una red de finos capilares
linfáticos abiertos, y de allí va pasando a vasos cada vez mayores (vasos
linfáticos).
El corazón no influye sobre la circulación de la linfa: ésta
avanza en un solo sentido debido a los movimientos de los músculos del cuerpo y
a la disposición unidireccional de las válvulas de los ganglios linfáticos.
La otra función del sistema linfático es capturar antígenos
de los líquidos intersticiales de los tejidos y llevarlos a algunos de los
órganos linfoides secundarios, donde quedarán retenidos para su interacción con
las células del sistema inmune. El antígeno queda retenido en alguno de los
ganglios interpuestos a lo largo del sistema de vasos, pero en el caso de que
"pase de largo" entrará en circulación sanguínea y tendrá la
oportunidad de ser captado por el bazo.
Existen miles de folículos dispersos por casi todos los
órganos y tejidos, siendo especialmente abundantes a lo largo del tracto
gastrointestinal, bronquios, tracto respiratorio superior y tracto genital.
Ganglios linfáticos
Están intercalados en la red de vasos linfáticos,
frecuentemente en la confluencia de ramificaciones de vasos.
Hay grupos de
ganglios especialmente abundantes y estratégicamente situados en:
Cuello (ganglios cervicales)
Axilas (axilares)
Ingle(inguinales)
Mediastino
Cavidad abdominal
Son la primera estructura linfoide organizada que se
encuentra un antígeno que proceda de los espacios tisulares.
Los ganglios humanos suelen medir entre 2 y 10 mm de
diámetro, y tienen forma de judía, con una parte cóncava denominada hilio, a
donde entra una arteria que se ramifica à arteriolas, à vénulas postcapilares à
vena que sale por el hilio.
La linfa llega al ganglio por los varios vasos linfáticos
aferentes, y sale por un único linfático eferente a la altura del hilio.
Histológicamente
distinguimos varias zonas dentro del ganglio:
Corteza: es el área rica en células B (con macrófagos). En
ella se pueden distinguir:
Folículos primarios, ricos en linfocitos B maduros.
Folículos secundarios (que se forman a partir de los
primarios tras la estimulación antigénica), con su manto y su centro germinal.
· Paracorteza: es el
área rica en células T (donde además se localizan células dendríticas interdigitantes).
· Médula: con
células B, T, células plasmáticas y abundantes macrófagos.
· Seno subcapsular,
a donde van a parar los antígenos timo-independientes.
La linfa llega vía linfáticos aferentes à seno subcapsular à
va percolando lentamente (sentido corteza àparacorteza à médula), permitiendo
la interacción del Ag con macrófagos y otras APCs (incluyendo las dendríticas
foliculares, que atrapan complejos inmunes). En el centro germinal se produce
la activación y proliferación y diferenciación de linfocitos B hasta:
células plasmáticas, que pasan a médula, produciendo Ac que
salen por el linfático eferente, para alcanzar finalmente la circulación
sanguínea, que los distribuye a todo el organismo;
células B de memoria, que quedan en el folículo, sobre todo
en la zona del manto.
Bazo
Un tejido más denso alrededor de las arteriolas, llamado
vaina o manguito linfoide periarteriolar (PALS), que constituye la zona T del
bazo;
Por fuera del PALS, una zona más difusa llamada zona
marginal, rica en linfocitos B y con macrófagos.
Es un órgano linfoide secundario grande (150 g en humanos
adultos).
Posee una cápsula de tejido conectivo, de la que salen hacia
el interior numerosas trabéculas que delimitan compartimentos. En cada
compartimento se distinguen dos tipos principales de tejidos: la pulpa blanca y
la pulpa roja.
La pulpa blanca: está constituida por tejido linfoideo.
La pulpa: roja es una red de sinusoides venosos que
contienen macrófagos residentes especializados.
El bazo carece de vasos linfáticos.
En ausencia de estímulo, la zona marginal posee folículos
linfoides primarios, parecidos a los de los ganglios, ricos en células B
vírgenes.
El bazo recibe cada día más linfocitos que la suma de todos
los de los ganglios linfáticos.
El sistema linfoide mucosal, no capsulado (MALT)
Las mucosas de los tractos digestivo, respiratorio y
urogenital suponen una enorme superficie (unos 400 m2) y constituyen posibles
sitios de entrada de numerosos patógenos.
Este conjunto de tejidos reviste una grandísima importancia,
habida cuenta de la gran superficie potencial que ha de defender frente a la
entrada de patógenos.
El MALT consiste en agregados de tejido linfoide no
capsulado que se localizan en la lámina propia y áreas submucosas de los
tractos gastrointestinal, respiratorio y genitourinario.
Amígdalas: linguales (en la base de la lengua),
palatinas (en la parte posterior de la boca) y faríngeas o adenoides. Constan
de nódulos linfoides no capsulados, con linfocitos, macrófagos, granulocitos y
mastocitos. Las células B se organizan en numerosos folículos, incluyendo
secundarios con sus centros germinales. Poseen un papel defensivo frente a
patógenos que entran por los epitelios nasales y orales.
Placas de Peyer del íleo: son 30 a 40 nódulos no
capsulados en esta parte del intestino delgado.
Apéndice, en el inicio del intestino grueso.
Los más sencillos son simples acúmulos difusos de linfocitos, células
plasmáticas y fagocitos, localizados en los pulmones y en la pared intestinal.
Folículos
linfoides aislados.
Folículos
linfoides que forman grupos más o menos densos:
Los tejidos MALT mejor estudiados son los asociados con el
tracto gastrointestinal. A grandes rasgos encontramos células linfoides en tres
partes:
En el mismo epitelio existen linfocitos intraepiteliales
(IEL), que en una buena proporción (incluso mayoritaria) son fenotípicamente
TCR-1 (gd) y CD8+. Se trata de un tipo de linfocitos con poca diversidad
antigénica, pero adaptados frente a ciertos patógenos que frecuentemente pueden
intentar la entrada por este epitelio.
En la lámina propia de todo el intestino se localizan miles
de folículos linfoides, donde encontramos linfocitos TH con TCR-2 (ab), células
B, células plasmáticas secretoras de sIgA y macrófagos.
Más abajo, ya en la capa submucosa, encontramos las Placas
de Peyer del intestino delgado, especie de nódulos, cada uno compuesto de unos
30 a 40 folículos linfoides.
En algunos de estos casos (tracto respiratorio, digestivo y
urogenital) el epitelio respectivo está especializado en transportar antígenos
desde la luz del conducto al tejido linfoide subyacente.
Algunos patógenos (como algunas cepas de Salmonella, Vibrio
cholerae y el virus de la polio) pueden "aprovecharse" de la misma
célula M para atravesar el epitelio intestinal.
Células linfoides de
la piel
Aparte del papel de la piel como barrera inespecífica frente
a los patógenos, desempeña un papel también como "órgano" del sistema
inmune:
Células de Langerhans: se trata de un tipo de célula
dendrítica, dispersa entre las células epiteliales de la epidermis. Captan
antígenos por endocitosis o fagocitosis, y tras ello emigran como célula
"a vela" por los linfáticos, hasta que al llegar a la paracorteza de
los ganglios regionales se diferencian en células dendríticas interdigitantes,
con altos niveles de moléculas de clase II del MHC. Allí funcionan como potentes
presentadoras de antígeno procesado a los linfocitos TH vírgenes, a los que
activan.
Linfocitos intraepidérmicos, parecidos, que al igual que los
IEL del MALT son en buena proporción de tipo gd, e igualmente especializados en
determinados patógenos que pueden entrar por la piel.
Los queratinocitos (la célula epitelial de la epidermis)
pueden, llegado el caso, secretar citoquinas, con un papel en la inducción de
una reacción inflamatoria local.
Dispersos en la dermis se pueden encontrar macrófagos y
células B y T activadas o de memoria.
La médula ósea como
órgano linfoide secundario
Aunque durante mucho tiempo pasó casi desapercibida en este
papel, la médula ósea es importante para la producción de anticuerpos durante
la respuesta secundaria humoral. Durante esta respuesta, los órganos
secundarios "clásicos" responden rápidamente, pero durante poco
tiempo. En cambio, la médula ósea "arranca" lentamente, pero da una
respuesta más prolongada de producción de anticuerpos, llegando a ser
responsable del 80% de estos durante la respuesta secundaria.
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