martes, 25 de noviembre de 2014

Universidad Tecnológica de Santiago
(UTESA).
      Woodno Clairveau:        1-12-0261Quinault Philippe Israel :            2-11-0276
              Grupo:        003
                                              Tema: Tolerancia inmunologica 

La tolerancia inmunitaria se define como la ausencia específica de respuesta del sistema inmunitario frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígeno. Se trata de un estado activo (no es una simple ausencia de respuesta), dotado de especificidad y de memoria. Esta tolerancia tiene una importancia capital en el proceso de trasplante de órganos.
Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan "tolerógenos", para distinguirlos de los que provocan respuesta inmunitaria (inmunógenos).

Propiedades

La tolerancia se puede desarrollar de un modo no natural, como cuando un animal en desarrollo deja de responder a sus propias moléculas (autototolerancia). Cuando este sistema falla, se producen patologías por autoinmunidad. La tolerancia inducida experimentalmente es un estado de ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente sería inmunogénico. Para ello, el antígeno ha de ser administrado bajo ciertas condiciones.
La tolerancia es un estado adquirido ("aprendido"), no innato, que se induce más fácilmente en linfocitos inmaduros, que se induce cuando no hay señal coestimulatoria, y que requiere que el antígeno persista para que dicho estado permanezca.
Esta tolerancia se puede adquirir por una exposición prolongada a una determinada cantidad de virus o bacterias, y puede mantenerse en el tiempo, incluso tras la desaparición del patógeno.
ENFERMEDADES AUTOINMUNES
Las enfermedades de supuesto origen autoinmune varían desde en las que existen respuestas inmunitarias específicas dirigidas contra un órgano o tipo celular determinado y que producen una lesión histológica localizada hasta otras generalizadas caracterizadas por lesiones multiorgánicas y asociadas a numerosos anticuerpos o reacciones de inmunidad celular. En las segundas, los cambios anatomopatológicos aparecen principalmente en el tejido conjuntivo y los vasos sanguíneos de los órganos afectados. En consecuencia, pese al hecho de que las reacciones producidas en estas enfermedades sistémicas no se dirigen de manera específica contra los componentes del tejido conjuntivo o de los vasos, suelen conocerse como “enfermedades del colágeno vascular” o “del tejido conjuntivo”.
Algunos linfocitos se vuelven sensibles a las células del tejido "propio", pero, como hemos visto antes, estas células son controladas (suprimidas) por otros linfocitos. Los trastornos autoinmunes se presentan cuando se interrumpe el proceso de control normal, y también se pueden presentar si se alteran los tejidos normales del cuerpo, de tal manera que ya no son reconocidos como propios. Existen teorías que sostienen que varios microorganismos y medicamentos (penicilinas, metildopa, procainamida) pueden desencadenar algunos de estos cambios, especialmente en las personas que tienen predisposición genética a los trastornos autoinmunes. En resumen, el sistema inmune reacciona a una sustancia propia que, normalmente, ignoraría.
La reacción ante antígenos propios puede deberse a que, antígenos propios hubieran quedado accidentalmente secuestrados durante la gestación, o por semejanza con moléculas extrañas. Además pueden intervenir factores genéticos, inmunitarios y microbianos que interactúan a través de diversos mecanismos.
Las enfermedades autoinmunes pueden afectar a un tipo celular determinado, a varias células o a todo el organismo. Las vías por las que la tolerancia inmunológica se ve alterada, son diferentes en cada enfermedad, así como sus defectos.
Aunque no se tienen pruebas sobre que una de las causas de las enfermedades autoinmunes sea la pérdida de la tolerancia central, se sabe que existen diversos mecanismos por los que se ve alterada la tolerancia periférica. 

martes, 4 de noviembre de 2014

ORGANOS Y TEJIDOS DEL SISTEMA INMUNE- Por Sonja Liriano,Awilda mosquea, carolina francisco, Luz rodriguez,Fresner Charles

Órganos del sistema inmune

Los órganos que forman parte del sistema inmune se diferencian en primarios y secundarios según su función inmunitaria.
Primarios, centrales o generadores: Son la médula ósea y el timo. Las células del sistema inmune se generan, maduran y alcanzan la inmunocompetencia en ellos: en la médula ósea se producen las células inmunes de la sangre, y en el timo maduran los linfocitos T.
Secundarios o periféricos: Son el bazo y los ganglios linfáticos. En ellos ocurre la respuesta inmune. En el primer contacto con un antígeno determinado son el unico órgano donde se da la respuesta. Cuando es el segundo contacto con ese antígeno, la respuesta puede darse en otrospuntos del organismo.

Medula osea
Aquí se originan todos los linfocitos T y B. Además, madurán los linfocitos B1.
Timo
Es el órgano encargado de la maduración de los linfocitos T. Se va llenando de protimocitos, y estos van pasando a lo largo de los días desde la corteza hacia la médula del timo, y una vez allí entran en contacto con las células de su estroma. Así, en contacto con esas células, los protimocitos van madurando y aprendido a ser tolerantes con los autoantígenos, con “lo propio” , a lo que se denomina educación tímica.
Ganglio linfatico
Aquí comienza la respuesta de la inmunidad adaptativa a los antígenos que hayan penetrado a través de los epitelios o que estén presentes en los tejidos. Los antígenos que lleguen a los tejidos serán drenados al sistema linfoide para llegar hasta los ganglios y activar a los linfocitos.
Es un órgano encapsulado con unas trabéculas en su interior. A través de la cápsula pasan conductos linfáticos aferentes, con la linfa que transporta los antígenos (bien solubles o bien unidos a células dendríticas).
En el ganglio hay linfocitos B y T, que se instalan en él durante unos días; el ganglio es, por tanto, un sitio de asentamiento.
Esos linfocitos llegan por las arterias de entrada y salen al ganglio por las vénulas de endotelio alto.
Los linfocitos B se encuentran en la corteza (formando los folículos primarios) mientras que los linfocitos T se instalan en la paracorteza. Los macrófagos, células plasmáticas… se sitúan en la zona profunda, la médula del ganglio.
Así, los diferentes tipos celulares no se mezclan unos con otros gracias a las citocinas que les indican dónde deben ubicarse.
Una vez pasados unos días si no han encontrado ningún antígeno salen por el vaso linfático eferente para dirigirse a otro lugar y ver si allí encuentran algún antígeno.
Cuando se activan los linfocitos B (ubicados en los folículos primarios) aparecen en el centro de los folículos una serie de cambios. A esa zona cambiada se le denomina centro germinal, y el folículo pasa a ser secundario.
Teniendo en cuenta el vaso eferente de los ganglios, vemos 2 tipos de ganglios linfáticos:
Hay ganglios cuyo vaso eferente llega a conducto torácico directamente, para más tarde llegar al ángulo yugosubclavio izquierdo y drenar al sistema venoso.
Otros ganglios por el contario, su vaso eferente se convierte en el aferente de otro ganglio linfático; hasta llegar al último que drenará al conducto torácico.
Bazo
En él se disponen los linfocitos de una manera semejante a como lo hacen en los ganglios.
Tiene una pulpa roja y una pulpa blanca. En la pulpa blanca es donde se acumulan los linfocitos, separados los B de los T. En los folículos de linfocitos B del bazo también se pueden ver los centros germinales cuando se produce su activación.
El bazo es esencial cuando los antígenos están circulando en la sangre (viajando por ella, a causa de una infección…), porque filtra toda esa sangre atrapando los antígenos y produciéndose la respuesta inmune en él.
Para los antígenos que entran por mucosas o piel, la respuesta inmune suele darse en los ganglios linfáticos.
MALT (Tejidos Linfoides Asociados a Mucosas)
Están especializados en las puertas de entrada de los patógenos. Están en todas las mucosas que contactan con el exterior, e intervienen en la formación de los linfocitos.

  • Masas compactas de tejido linfoide. No suele ser encapsulada: amigdalas, adenoides (amigdalas faríngeos o vegetaciones), apéndice intestinal, placa de peyer…
  • Difuso. En mucosa respiratoria, gastrointestinal y urogenital; lugares muy expuesto a hidratos de carbono, sales…(constituyentes comunes a bacterias), por lo que tendrán que discriminar las moléculas perjudiciales. 2 partes:
    • Superficial, entre células epiteliales de la mucosa.
    • Profundo, en la submucosa

TOLERANCIA INMUNOLOGICA- Por Sonja Liriano,Awilda mosquea, carolina francisco, Luz rodriguez,Fresner Charles



TOLERANCIA INMUNOLÓGICA

Según la teoría de la selección clonal de Burnet y Talmage, el organismo reconoce como propios todos los antígenos que se encuentran presentes en el desarrollo prenatal.
La tolerancia inmunológica se define como la incapacidad de producir una respuesta específica frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígeno.
Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan tolerógenos, diferenciándolos de los que producen la respuesta inmune (inmunógenos). La tolerancia se desarrolla de modo natural. Cuando el sistema de autotolerancia falla, (incapacidad para responder ante las propias células) se produce la aparición de las enfermedades autoinmunes.
La tolerancia inmunológica no es innata, es adquirida. Se induce en las siguientes condiciones:
  • En época fetal y primeros días de vida.
  • Mediante administración de antígenos muy inmunógenos en grandes cantidades o por medio del tratamiento inmunosupresor.
  • Por fallo del sistema de presentación del antígeno por parte de las células del SFM a los linfocitos T CD4, por la neutralización o ausencia del ligando CD28, por fallo de la segunda señal, o por anomalías de la interacción de CD4 y las moléculas de clase II del CMH.
  • Por supresión periférica clonal de linfocitos T CD4. Los linfocitos B se vuelven arreactivos cuando se ponen en contacto con el antígeno en una fase de inmadurez de los receptores.
  • Por eliminación de los receptores o las células capaces de reaccionar con los antígenos propios, en los procesos de maduración de los linfocitos T en el timo o de los linfocitos B en la médula ósea.
La tolerancia inmunológica puede ser central o periférica
Un elemento a tener en cuenta del sistema inmune es la presencia de receptores específicos para el antígeno en las células inmunocompetentes. Hasta hace unos años existían dos hipótesis paraexplicar esta especificidad: la teoría "instructiva", según la cual los antígenos serían los encargados de moldear sus propios receptores, y la teoría "selectiva", en la que los receptores específicos estarían preformados y el antígeno elegiría el más adecuado.
  • Tolerancia central: Consiste en una deleción clonal de los linfocitos T y B autorreactivos durante su maduración en los órganos centrales (timo y médula ósea respectivamente). Las células presentadoras de antígenos del timo asociadas a moléculas del CMH propias presentan y procesan proteínas antigénicas autólogas. Los linfocitos T en desarrollo que expresan receptores de alta afinidad para estos autoantígenos sufren una selección negativa y acaban perdiéndose, por lo que en el conjunto de linfocitos T periféricos no existen células T autorreactivas.
  • Tolerancia periférica: Las células T autorreactivas que escapan a la selección negativa en el timo pueden provocar lesiones hísticas.

ENFERMEDADES AUTOINMUNES
Las enfermedades de supuesto origen autoinmune varían desde en las que existen respuestas inmunitarias específicas dirigidas contra un órgano o tipo celular determinado y que producen una lesión histológica localizada hasta otras generalizadas caracterizadas por lesiones multiorgánicas y asociadas a numerosos anticuerpos o reacciones de inmunidad celular. En las segundas, los cambios anatomopatológicos aparecen principalmente en el tejido conjuntivo y los vasos sanguíneos de los órganos afectados. En consecuencia, pese al hecho de que las reacciones producidas en estas enfermedades sistémicas no se dirigen de manera específica contra los componentes del tejido conjuntivo o de los vasos, suelen conocerse como “enfermedades del colágeno vascular” o “del tejido conjuntivo”.
Algunos linfocitos se vuelven sensibles a las células del tejido "propio", pero, como hemos visto antes, estas células son controladas (suprimidas) por otros linfocitos. Los trastornos autoinmunes se presentan cuando se interrumpe el proceso de control normal, y también se pueden presentar si se alteran los tejidos normales del cuerpo, de tal manera que ya no son reconocidos como propios. Existen teorías que sostienen que varios microorganismos y medicamentos (penicilinas, metildopa, procainamida) pueden desencadenar algunos de estos cambios, especialmente en las personas que tienen predisposición genética a los trastornos autoinmunes. En resumen, el sistema inmune reacciona a una sustancia propia que, normalmente, ignoraría.
La reacción ante antígenos propios puede deberse a que, antígenos propios hubieran quedado accidentalmente secuestrados durante la gestación, o por semejanza con moléculas extrañas. Además pueden intervenir factores genéticos, inmunitarios y microbianos que interactúan a través de diversos mecanismos.
Las enfermedades autoinmunes pueden afectar a un tipo celular determinado, a varias células o a todo el organismo. Las vías por las que la tolerancia inmunológica se ve alterada, son diferentes en cada enfermedad, así como sus defectos.

Aunque no se tienen pruebas sobre que una de las causas de las enfermedades autoinmunes sea la pérdida de la tolerancia central, se sabe que existen diversos mecanismos por los que se ve alterada la tolerancia